Hola! Les cuento una anécdota que contó mi maestro de canto armónico, al finalizar la clase, ya todos distendidos y contentos por lo logrado en grupo hubo un intercambio de vivencias con respecto al canto. Resulto interesante para mi la anécdota del maestro, ya que su mensaje y moraleja cobran vida cada vez que la recuerdo y reflecciono sobre los caminos de la vida de cada ser y valoración del mismo.

La anécdota relatada sucede en la India: Una familia, un matrimonio y sus hijos y una particularidad, el dueño de casa se sentaba a tocar todas las tardes la cítara, tocaba siempre los mismos acordes, lo hacía todos los días,año tras año. Su mujer, cansada de escuchar la misma melodía pensó que su esposo no podía llegar a otras melodías entonces un día le dijo muy resuelta:”¿Porque no intentas lograr otra melodía?” A lo cual su esposo le respondió gentilmente: “¡Querida! ¿Para que? Si yo ya encontré mi propia melodía. . . los demás, ¡todavía la están buscando!”

A mi me encanto! el mensaje del relato desprende un resultado, arte y música para cada individuo que las goce, inculcadas como hábitos, necesidad personal, relax o dones naturales, cualquiera que sea la causa, el ser necesariamente no está obligado a tener que tocar un instrumento y saber al dedillo cada nota o como tocar cada cuerda, inclusive si este instrumento es nuestra voz. Salvo que quiera hacerlo profesionalmente y consumar su música grabándolo para que lo escuche el que lo desee, si es así entonces. . a estudiar.

Lo mismo ocurre con el canto, concluido ese taller, seguí con una profesora particular, si bien no es mi deseo grabar un cd decidí avanzar un poco más, tomé un par de clases, ejercicios muy saludables, descubrí cuan alta mi voz puede vibrar y supe cual es mi registro vocal. El día que escuche oír que dí un”sopapo musical” sonreí y dije “Wow!” yo también encontré mi melodía como el señor de la India. Y sigo cantando, alcanzo tonos, matices, uno mi voz a la canción, lo hago para mí gusto personal, me relaja, según claro que esté escuchando.

Sí, la música y el canto van de la mano, yo les cuento: Tiene un bonus track de regalo a través del sonido, con la música y el canto vamos equilibrando y limpiando nuestros chackras, ya que de este modo ejercitamos nuestra respiración, más aún con determinadas letras, ya les contaré o lo hablaremos en algún taller.

Lo importante es que se puede adoptar por algo sano y ancestral, el canto o cualquier otro instrumento, recordemos nuestra infancia, las madres cantan ya cunan a sus hijos en brazos para calmar un llanto, las madres hacemos sonar un sonajero, acción que se transmite de generación en generación, su sonido es, dependiendo de la composición del instrumento, armonioso, produciendo bienestar inmediato.

¿Cual es la moraleja? A veces sin darnos cuenta regresamos ya adultos, o mas temprano, a aprender y entender porque nos gusta la música o cantar, o tocar un instrumento de cuna y tradición, de madres, abuelas, padres, de todos los continentes, ricos o pobres, un sonajero suena y es canción de calma para un niño/a, y la calma llega a través de la voz de la canción de cuna, no importa el idioma, ni importa la voz de quien lo canta, es bella y amorosa, por eso calma y transmite paz. “Arrorro mi niño, Arrorro mi sol, duérmete pedazo de mi corazón”¡A cantar, a bailar, a tocar un instrumento! ¡Alivian tensiones! A poner todo el cuerpo en alegre movimiento, luego descansa para continuar mañana o cuando tengas ganas! Por que la vida es justamente eso: ¡Una hermosa danza en constante movimiento!

Taoydo