Conversando entre mates y bizcochitos con semillitas de lino de por medio, recuerdos alegres dieron luz en la memoria de una amiga, juntas tratábamos de encontrar un sentido a cuestiones y vivencias en común.

Entonces hizo su aparición la abuela María, que ya no está. La abuela Maria Italiana de nacimiento, mujer laboriosa , bondadosa excelente cocinera, con memoria lucida , sabiduría adquiridas a través del tiempo, de riqueza  sin par. Sin embargo para los integrantes de la numerosa familia, la abuela María ya no sabía nada…

María un día sentada en su mecedora tejía, tejía, la nieta a los pies de la abuela, sonrisas cómplices mientras se colaban juegos entre ambas que solo ellas bien sabían jugar .

Alboroto de repente, muchos familiares presentes, asombrada la abuela, mira a la nieta pues ninguna de las dos comprendían porqué tanto revuelo, tantos que hasta los ausente de siempre hoy estaban presentes!

Si ese día toda la familia buscaba algo de sumo valor para todos, la abuela  les pregunta ; ¿ Porqué tanto movimiento, que buscan? Respuesta al unísono “ Deja abuela, vos no sabes nada”.

La abuela siguió tejiendo y mi amiga jugando, un alto al medio día de la abuela para hacer la comida todos  degustaron muy gustosos el alimento preparado por la abuela ,mientras seguían preguntándose entre todos con las miradas, donde estará ….

Siguió la rutina, la abuela tejía , en tanto el día ya se había escondido , entrada la noche la abuela María ya cansada del movimiento en la casa, les vuelve a preguntar ; ¿ Qué buscan?

De nuevo la respuesta;  Nada abuela, nada abuela, vos no sabes nada!

La abuela Maria respondió; Está bien tienen razón, yo no sé nada .

Continuo tejiendo en su mecedora junto a su nieta las dos simples espectadoras del revuelo y exploración  familiar en busca de algo valioso para todos .

La abuela María le guiña un ojo a su nieta, se levanta de la mecedora mientras ella misma al caminar se dice a sí misma ; Si claro… yo no sé nada!

Resuelta que se dirige a un mueble con muchos cajones, abre uno (ya explorado por todos ) y saca un papel muy bien doblado, aquél preciado papel , resultó ser algo de mucho valor económico para toda la familia .

La abuela les pregunta: ¿Ésto están buscando? Bullicio familiar y alegría a voz viva ¡pero abuela! ¿Porqué no nos dijiste dónde estaba?

María, la abuela les dijo. yo les pregunté y ustedes me respondieron: Deja abuela vos no sabes nada.

Para pensar:  No se subestima a las personas, si son abuelos han vivido y saben, por eso llegaron a ser abuelos, viviendo aprendieron bastantes cosas de la vida. En los surcos y pliegues de su piel guardan mucha sabiduría, albergan y atesoran recuerdos, para continuar la cadena familiar de vida pasada y presente. Con orgullo y amor, respeto por ser parte de esa familia, como la de María. Tal vez como la tuya hoy y quizás te reconozcas en esta historia.

En la memoria de una nieta el recuerdo amoroso, cómplice a pesar de la brecha generacional de vez en cuando en éste presente se cuelga un deja, vos no sabes nada.

Esta nieta la recuerda con amor y humor a pesar de su ausencia, su abuela sabía, a ella hoy le da las gracias porque ella hoy también se reconoce un poco más sabia y lo agradece. Muy sabio reconocer, honrar, soltar una sonrisa en memoria de las abuelas Marías. Las que no saben nada.

Por compartir conmigo esta historia real, agradezco a Cecilia, la nieta de la abuela Maria.

Un pequeño homenaje a todas las abuelas y abuelos con mucho cariño y afecto yo se lo dedico a mis abuelos Domingo y Adelaida. Te quiero abuelito Domingo, gracias por cuidarme y seguirme dónde me encontrara yo, tus ojos azules jamás lo olvidaré, tu mirada de paz. Abuelita Lala, gracias por el abrazo uno solo basto para recordarte siempre, bella, esbelta y hermosa mujer. Mi abuelita. Con amor tu nieta .

Taoydo